domingo, 2 de abril de 2017

CAPÍTULO GERAL DA CONGREGAÇÃO E A AUDIÊNCIA COM O PAPA FRANCISCO

O Capítulo Geral da Congregação dos Somascos praticamente foi concluído com a "Audiência com o Papa Francisco".

TRECHO DE SUAS PALAVRAS:
En un nuevo grito de alarma sobre un defecto muy arraigado, el Papa Francisco ha advertido el jueves que «uno de los peligros más graves y más fuertes de la Iglesia hoy es el clericalismo». En un encuentro con los padres Somascos, el Santo Padre ha dicho con toda claridad: «Trabajad con los laicos. Que sean ellos quienes tengan la valentía de caminar hacia delante, y vosotros ayudadles como sacerdotes y religiosos».
El Papa aborda el problema del clericalismo –un vicio común a clérigos y laicos «que piden que les clericalicen«- con mucha frecuencia en sus homilías de la misa de las siete de la mañana. Intenta erradicar ese defecto, común a sacerdotes y laicos, lo mismo que el defecto principal de cada grupo: entre los clérigos, el carrerismo; entre los laicos católicos, la corrupción.
La alarma de este jueves repite el llamamiento de Francisco a toda América Latina en su carta del 26 de abril de 2016 en la que ironizaba respecto a «la famosa expresión ‘es la hora de los laicos’, pero parece que el reloj se ha parado».
El Papa alertaba que «el clericalismo lleva a la funcionalización del laicado; tratándolos como ‘mandaderos’; coarta las distintas iniciativas, esfuerzos y osadías necesarios para poder llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos los ámbitos del quehacer social y especialmente político».
Un error muy frecuente, según Francisco, es que «sin darnos cuenta, hemos creado una elite laical creyendo que son laicos comprometidos solo aquellos que trabajan en cosas ‘de los curas’ y hemos olvidado, descuidado, al creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por vivir la fe» en su trabajo profesional y en el escenario de la sociedad civil.
El Papa ha recordado al 138 capítulo general de la Orden de los Clérigos Regulares Somascos, especialmente meritorios en el cuidado de huérfanos, que su fundador, san Jerónimo Emiliani «fue contemporáneo de Lutero y vivió con dolor el desgarrón de la unidad católica«.
Desde entonces han pasado quinientos años, y la orden se ha ido consolidando y extendiendo a veinticinco paises. Pero los tiempos cambian, y el Santo Padre, utilizando una expresión evangélica, les ha animado a «no tener miedo a dejar ‘los odres viejos’, afrontando la transformación de las estructuras en lo que sea útil para un servicio más evangélico y más coherente con el carisma original».
Con gran fuerza, el Papa ha advertido que «las estructuras, en ciertos casos, dan una falsa protección y frenan el dinamismo de la caridad y del servicio. Querría repetir esto: las estructuras, en ciertos casos, dan una falsa protección y frenan el dinamismo de la caridad y del servicio al Reino de Dios». Su mensaje era claro: renovar las estructuras oxidadas y dar más espacio a los laicos.












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